martes, 7 de abril de 2015

Ramón Ábila

El pasado mes de Noviembre, Huracán conseguía alzar un título 41 años después. Al poco tiempo, logró volver a la máxima categoría del fútbol argentino. En estos éxitos, tuvo bastante que ver un delantero curtido en las divisiones inferiores del país, que explotó su vena más goleadora al llegar a Parque Patricios. Su nombre es Ramón Ábila, aunque muchos lo conocen por “Wanchope”, y tras surgir en Instituto de Córdoba, y militar en Sarmiento y Deportivo Morón, llegó a Huracán en la 13/14, y  donde después de un primer semestre dubitativo, destapó lo mejor de sí para entrar en la historia del globo al levantar la Copa argentina y devolver al equipo a la Primera división 3 años después.

-Nombre: Ramón Darío Ábila

-Lugar de nacimiento: Córdoba, Argentina

-Edad: 25 (14-10-1989)

-Club: Huracán

-Altura y peso: 1,78 y 65 kgs.

-Demarcación: Delantero



Ábila es un ariete de una considerable corpulencia física, en la que si bien no destaca por su estatura, sí lo hace por robustez, fuerza y una exuberante potencia. Es ancho, e incluso puede dar la sensación de que le sobra algún kilo, aunque parece un aspecto más de complexión natural que de dejadez. Estas condiciones le hacen enfocar su juego hacia una lucha muy física con el defensor, recurriendo con frecuencia al cuerpo a cuerpo. Buen juego de espaldas, protege la pelota con habilidad frente al defensor, haciendo uso de su fisonomía. Con un tren inferior muy poderoso, esto también le beneficia para ganar la posición. 

Diestro, aunque también acostumbra a utilizar su perfil izquierdo, es limitado en cuanto a calidad técnica, y aunque a veces se pierde en amagos o regates que le cuestan, por lo general lo suple con inteligencia para buscar el apoyo y sacarse la pelota rápido de encima. Sabe de sus limitaciones y trata de minimizar complicaciones. Es lento, y no demasiado ágil de movimientos, lo que hace que en el área muchas veces se imponga a las defensas rivales por puro instinto o anticipación. En carrera, su falta de velocidad la sustituye con su fuerza y capacidad para proteger su posición y la pelota, una vez que parte en ventaja hacia la portería. Su solidaridad y determinación en el esfuerzo es uno de sus mayores avales. No da una por perdida, encima al zaguero y va a todas con una fe admirable.

Ramón Ábila es el clásico ‘9’ que todo lo pelea y todo lo remata. En el 4-2-3-1 que suele emplear Huracán, Ábila es la referencia absoluta, y a pesar de que por momentos puede parecer muy aislado respecto del resto del equipo, se siente cómodo en este contexto. Aunque es un punta de área, mantiene una movilidad interesante por todo el frente de ataque, especialmente cuando su equipo no tiene la pelota, presionando con perseverancia la salida de balón del contrario, en busca del error de la defensa. Siempre con la portería entre ceja y ceja, trata en todo momento de buscar la espalda del central con sus desmarques, o en su defecto anticiparse a los centros que pueden llegarle desde los costados. Juega continuamente muy al límite del fuera de juego, no en vano es el delantero que más veces ha caído en ‘offside’ en lo que llevamos de campeonato, algo que tiene que mejorar. Oportunista, y con buena definición. Posee muy buenos recursos para la finalización, y en el mano a mano frente al portero, tanto rematando de primeras, como cuando suma algo más de pausa, hace gala de calidad en algunas ocasiones -picando la pelota con mucho ingenio-, y tira de pragmatismo con menos brillo en otras.


Posición habitual en ataque estático
Cuando su equipo es poseedor y busca la portería contraria, él permanece en el área, buscando opciones de remate tratando de superar a los centrales y esperando el centro desde los costados.

Anticipación a los centrales

Siempre atento al centro desde las bandas, se incluye entre los centrales y se anticipa a estos para ejecutar el remate.


Al límite del fuera de juego


Convive permanentemente al límite del fuera de juego, buscando la espalda del defensor para quedar mano a mano frente al portero.
Caída al costado

Sus caídas a bandas permiten desahogar el juego del equipo, buscan desacomodar al central para sacarle de su posición, y provoca que los jugadores de segunda línea tengan que incorporarse para buscar opciones de finalización.


Ramón Ábila vs Argentinos Juniors



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